Saber esperar

Escrito el 13/11/2023
Mario Fernandez


*“Amados hermanos, tengan paciencia mientras esperan el regreso del Señor. Piensen en los agricultores, que con paciencia esperan las lluvias en el otoño y la primavera. Con ansias esperan a que maduren los preciosos cultivos.”* (Santiago 5:7, NTV)

 

Después de hablarles a los ricos. Habla de la paciencia

¿Hasta cuando? Hasta la venida del Señor. Lucas 21.19 menciona “Si se mantienen firmes, se salvarán.”, Pablo pro su parte lo menciona como furto del Espíritu Santo.

el modelo de la paciencia es Dios mismo, en 2 Pedro 3.9 encontramos “El Señor no tarda en cumplir su promesa, según entienden algunos la tardanza. Más bien, él tiene paciencia con ustedes, porque no quiere que nadie perezca sino que todos se arrepientan.

La vida nos presenta situaciones donde las cosas no son como queremos y muchas veces se peca por no tener paciencia. Por eso, SABER ESPERAR EN EL SEÑOR 

Aun los jóvenes se cansan, se fatigan, y los muchachos tropiezan y caen; pero los que confían en el Señor renovarán sus fuerzas; volarán como las águilas: correrán y no se fatigarán, caminarán y no se cansarán.” (Isaías 40:30–31, NVI)

No es una promesa para cualquiera, sino para los que confían en Dios

A posterior menciona la imagen del labrador que vive esperando la lluvia. Es un cuadro real, hoy existen sistemas de riego, pero en aquel tiempo era una espera constante.

Así como el labrador enfoca su cosecha en esperar la lluvia, ¿en que esta enfocada tu vida?

¿A quién tengo en el cielo sino a ti? Si estoy contigo, ya nada quiero en la tierra.” (Salmo 73:25, NVI)

La paciencia es un elemento positivo de fe activa, confianza y esperanza. Es mirar al Señor, amarlo y servirle de acuerdo con esa mirada a pesar de la adversidad.

 

la paciencia como hijos de Dios afirma nuestra esperanza. Romanos 8:24–25:Porque en esperanza fuimos salvos, pero la esperanza que se ve no es esperanza, porque ¿para qué esperanzarse en lo que alguno ve? Pero si esperamos lo que no vemos, con paciencia lo esperamos ansiosamente.

¿Y cuál es el objeto de nuestra esperanza? el regreso de Cristo. La larga espera tiene su fin: Tened paciencia hasta la venida del Señor, “hasta que él venga” (1 Corintios 11:26). La paciente expectación diaria de su retorno debe marcar nuestra reacción ante las personas y circunstancias.

Hay señales que debemos esperar antes de la venida de Cristo y, como el labrador, hemos de tener los ojos abiertos esperando el desarrollo de los acontecimientos, pero pendientes, ante todo, de la cosecha misma, del retorno del Señor. Si los ricos reprendidos por Santiago hubieran reconocido que estaban en los últimos tiempos, quizás no hubieran caído en su burdo materialismo.

Y si los creyentes reconocemos los tiempos y sabemos que “el Señor está cerca”, seguramente no caeremos en resentimientos, envidias y malas actitudes, sino que seguiremos adelante en el camino de la fe con esperanza y paciencia.