“Y el Verbo se hizo hombre y habitó entre nosotros. Y hemos contemplado su gloria, la gloria que corresponde al Hijo unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad.” (Juan 1.14, NVI)

Juan presenta a Jesús como el Verbo que se hizo carne entre nosotros, esto tiene un significado muy especial, dado que Jesús nunca cesó de ser lo que era antes. La segunda persona de la Trinidad asume la naturaleza humana sin dejar la divina. Es que las naturalezas divina y humana de Cristo se unieron completamente sin llegar a fundirse. Esta acción de Jesús nos demuestra el Amor de Dios por cada uno de nosotros, una demostración no de palabras sino en completa práctica.

¿Cómo se demuestra el amor de Dios todos los días? No es tan solo hablar de Dios, sino llevarlo a la acción de diversas maneras. Al igual que el concepto de iglesia en el primer siglo es atender las necesidades espirituales, físicas y emocionales de las personas. Como iglesia no se puede concebir estar particionada de tal manera que no demuestra su accionar vivo.

Hay que recuperar la intensidad de convicción y cuidado de los unos a los otros de manera que quede en evidencia que somos una familia que demuestra amor. El sistema y cultura actual intenta aturdir y confundir a muchos. La iglesia así como el ejemplo de Jesús demostró amor, no debe dejar de extender su ayuda incondicional y estar atento a las necesidades de todo tipo de la gente. Demostrando la Fe en Jesús por medio de acciones netamente cristianas.

Hoy puedes mirar diferente a quien golpea tu puerta para pedir comida, mirar diferente a quien busca trabajo, mirar diferente a quien busca en las bolsas de basura de la ciudad, mirar diferente a los extranjeros que vienen a nuestro país, mirar diferentes a los que están abatidos por problemas. Si los cruzamos no creo que sea una casualidad, sino parte del designio de Dios para demostrar el Amor de Jesús.

Oración: Señor a partir de hoy quiero estar dispuesto a extender mis manos y  abrir mis ojos a demostrar el amor tuyo a las personas en necesidad.