La Iglesia es misionera

Escrito el 22/05/2021
Pr. Mario Fernández


«La cosecha es abundante, pero son pocos los obreros—les dijo a sus discípulos—. Pídanle, por tanto, al Señor de la cosecha que envíe obreros a su campo.»” (Mateo 9.37–38, NVI)

La iglesia recibió el privilegio y la  responsabilidad de cumplir la Gran Comisión. La iglesia es el lugar donde la misión se encarna, crece y se proyecta. Allí están los recursos humanos, espirituales y financieros. En la Iglesia, los futuros misioneros, reciben formación y la aprobación que los habilita para el servicio. Sin la activa participación de cada iglesia por más que existan muchos programas externos, éstos no llevarán resultados a largo plazo. La iglesia debe involucrarse de manera integral. Las misiones tienen que constituirse en  su máxima prioridad por encima de cualquier énfasis particular.

¿Tienes preocupación por quienes aún no conocen de Jesús?, ¿Es tu iglesia misionera?, ¿estas orando por las etnias no alcanzadas en el mundo?, ¿estás apoyando con dinero la misión?

De acuerdo al fondo de Población de las Naciones Unidas Durante el año 2011 la población mundial superó los 7 mil millones de personas y se estima que para el año 2050 llegará a 9 mil millones. En este contexto agregamos que en el mundo más de 4 mil millones de personas están perdidas sin Cristo, y más de 2,000 grupos de personas que no se han alcanzado. Podrías pensar que estos números crecen y decrecen todo el tiempo, y que decir lo que vivimos en estos tiempos de pandemia, donde la enfermedad y muerte es noticia todos los días, sin embargo en estos contextos difíciles que vivimos cuanto mas debemos pensar en aquellos que no conocen a Jesús.

Tu vida no puede estar sin hacer nada al respecto, debes anunciar el evangelio en todo tiempo y lugar. Es cierto que la misiones requiere de plan, estrategia, liderazgo, recursos, sin embargo, hay algo primordial y es que cada cristiano entienda que fue llamado a compartir las buenas nuevas de salvación. Hay millones de personas que tienen derecho a escuchar al menos una vez en su vida el evangelio de manera clara y en su propio idioma.

Oración: Señor quiero estar a la altura de las circunstancias hoy y ser un instrumento para que mi Iglesia experimente urgencia y pasión por aquellos que se pierden.