“»En cualquier pueblo o aldea donde entren, busquen a alguien que merezca recibirlos, y quédense en su casa hasta que se vayan de ese lugar. Al entrar, digan: “Paz a esta casa.” (Mateo 10.11–12, NVI)

Hay una canción que recuerdo de mi juventud con mucha intensidad, “Vivir como Cristo vivió”, en esa canción había una frase que indicaba lo siguiente: “…la hora lo demanda, no es cuestión de palabras, sino de amor, acción y fe”.

Esas tres palabras precisamente no se conciben desde la teoría, cada una de ellas demanda moverse de lugar, la iniciativa de Jesús es enviarte a salir de la comodidad en la que muchas veces te quedas.

Mateo 10 explica que predicar que “El reino de los cielos está cerca” solo se puede hacer desde la obediencia y convicción en quien nos envía. Y en cada uno de estos nombres te animo a ver reflejado “tu nombre”, y que puedas quedar tan sorprendido como quedaron seguramente cada uno de los discípulos al ser comisionados por el mismo Jesús. Quien compartió sus ideas, sus sentimientos, su persona, su carácter, su ser mismo. Hoy puedes pensar que la misma preocupación de Jesús por la gente y su identificación con los que sufren es tan vigente hoy.

En este día puedes tener el privilegio de dar un mensaje de fe, esperanza, restauración, de buenas noticias, de paz, de poder. Sigue leyendo el capítulo y hay instrucciones en que la misión que Jesús indica apela a la persona entera y resolver las necesidad en cada área de la vida de las personas, es decir, su relación con Dios, su vida emocional, espiritual y física.

¿Cómo responder a la prioridad de llevar el evangelio? Hacer misión no se trata de mi criterio personal, sino las instrucciones que Dios mismo enseñó.

Oración: Señor, a partir de hoy no quiero perder la oportunidad de ser una persona de bendición y reflejar en mi vida la vida misma de Jesucristo, vivir como Cristo vivió, amar como el amó.