“Tengan cuidado—les advirtió Jesús—; ¡ojo con la levadura de los fariseos y con la de Herodes!” (Marcos 8.15, NVI)
Marcos dice que se les había olvidado a los discípulos llevar pan. Tenían solo un pan consigo en la barca. En ese contexto, Jesús hace una advertencia. No se trataba de no haber traído pan, era entender los tiempos que vivían, era entender la presencia de Dios en medio de ellos.
A veces la misión no es entendida porque hay algo en la ecuación espiritual que no se comprendió bien. Jesús les hace preguntas para llegaran al entendimiento que los recursos no son un problema y fueron suficientes por más escasos que eran. Ahora Jesús les da otra lección y es la del cuidado que debían tener con la levadura de los fariseos y la de Herodes.
En este caso, la levadura es símbolo de fermentación corrupta, una influencia negativa para sus días. Por esta razón, la única influencia que debe tener la Misión es la pasión y fuerza que como hijos de Dios podemos llevar. Los religiosos de sus días solo querían controlar y sus reglamentos les impedían ver el accionar de Dios, el gobierno de sus días solo pensaba en su poder y hacer las cosas sin Dios.
Cuidado con las levaduras de nuestros días hoy, como ideologías, filosofías de este siglo que pueden desenfocar tu ministerio y misión.
Iglesia del Señor en la ciudad donde estés, participa en la misión de Dios. Tu acción no solo en tu barrio y ciudad sino hasta lo último de la tierra. La misión depende que cada cristiano comparta las Buenas Noticias de Salvación
Oración: Señor en todo tiempo y lugar quiero anunciar el evangelio de Jesucristo. Ayúdame a desafiar a toda la iglesia para accionar con intencionalidad y cruzar las fronteras por más difícil que sea.